Bienestar y vida saludable
Hacer que los hábitos saludables formen parte de tu vida diaria significa que tienes menos probabilidades de enfermar, ya sea por diabetes o enfermedades del corazón. Pero llevar un estilo de vida saludable requiere un esfuerzo constante y consistente.
Aquí tienes algunos consejos para llevar un estilo de vida saludable:
Lleva una dieta equilibrada
Añade variedad a tus comidas
Come una variedad de alimentos que incluya frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas y cereales integrales.
Intenta comer al menos 5 raciones (400 gramos) de frutas y verduras cada día, especialmente las frescas y de temporada. Incluye en tu dieta pescados grasos, ya que los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a prevenir enfermedades inflamatorias como las cardíacas.
Reduce la sal
Tu consumo diario de sal no debe superar 1 gramo (o 1 cucharadita). Añade menos sal cuando prepares la comida, limita la cantidad de condimentos con alto contenido en sodio, como la salsa de soja y evita los aperitivos salados. Reducir la cantidad de sodio en la dieta disminuye el riesgo de padecer hipertensión arterial.
Limita tu consumo de azúcar
Limita tu consumo de azúcar a 50 gramos o unas 12 cucharaditas al día. Puede conseguirlo evitando los aperitivos, los dulces y las bebidas azucaradas, como los zumos de frutas y los refrescos.
Reducir la ingesta de azúcar reduce la probabilidad de desarrollar enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
Evita las grasas poco saludables
Las grasas sólo deben constituir el 30% de la ingesta total de energía. Limítate a las grasas insaturadas, como el aceite de oliva, el pescado, los frutos secos, las semillas y el aguacate. Evita las grasas saturadas, como la carne roja, la mantequilla y el queso, así como las grasas trans, como los alimentos horneados y los preenvasados.
Mantente bien hidratado
Recuerda beber 8 vasos de agua al día. Tu cuerpo está compuesto por un 80% de agua, y el agua es necesaria para el funcionamiento regular del intestino, el rendimiento muscular óptimo, la salud inmunológica y de la piel.
No beber suficiente agua puede causar deshidratación, fatiga, dolor de cabeza, piel seca e inmunidad debilitada.
Haz ejercicio con regularidad
Intenta hacer al menos 150 minutos de ejercicio a la semana o 30 minutos de ejercicio al menos 5 días a la semana. Ya sea caminando, corriendo, nadando o haciendo un entrenamiento de Pilates en casa, el objetivo es mantenerse físicamente activo.
El ejercicio no sólo te ayuda a mantener un peso saludable, sino que también disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades como resultado de un estilo de vida sedentario.
Duerme lo suficiente
Existe un fuerte vínculo entre el sueño y el sistema inmunitario. Dormir entre siete y nueve horas, sana y fortalece el cuerpo mientras se duerme. Dormir bien es vital para tu salud física y mental.
Limita tu consumo de alcohol
Beber alcohol en exceso puede provocar enfermedades hepáticas e incluso cáncer de hígado a largo plazo.
El abuso de alcohol también puede causar problemas de juicio e incluso provocar accidentes y lesiones.
Los hombres deben limitar las bebidas alcohólicas a 2 al día, mientras que las mujeres deben limitar las bebidas alcohólicas a 1 bebida al día.
No fumes
Fumar es la principal causa de cáncer de pulmón en todo el mundo. Aparte del cáncer de pulmón, el tabaquismo también contribuye al desarrollo de otros cánceres de órganos. También aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Además de ser perjudicial para tu propia salud, fumar también es perjudicial para las personas que te rodean. El tabaquismo pasivo daña las vías respiratorias, los pulmones y es también una de las principales causas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Protégete del sol
La exposición frecuente y prolongada al sol se asocia a un mayor riesgo de cáncer de piel. Evita permanecer mucho tiempo al sol y asegúrate de protegerte de los rayos solares con protector solar y ropa de manga larga cuando estés al aire libre.
Lávate las manos
Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol es una forma sencilla pero eficaz de detener la propagación de la infección.
Recuerda siempre seguir esta práctica antes de preparar o comer alimentos, después de manipular productos de desecho, después de ir al baño y mientras cuidas a una persona enferma.
Controla tu estrés
El estrés es un conocido desencadenante de muchas enfermedades, desde migrañas hasta problemas cardíacos. Busca formas de aliviar el estrés, ya sea viendo una película divertida, pintando, dando largos paseos, trabajando en el jardín, escuchando música o sumergiéndote en un baño de burbujas.
Otra forma eficaz de sacar los pensamientos negativos es hablar con tus amigos y familiares. Compartir cómo te sientes con personas de confianza puede proporcionarte un alivio inmediato del estrés y ayudarte a liberar el estrés.
